¿Cuántas veces has pensado que eras feliz porque tenías a esa persona al lado?
Da igual si era tu pareja, tu amiga o amigo, alguien de tu familia... Tendemos a pensar que las personas que nos rodean nos dan la felicidad, pero no es así.
No pienses que estoy diciendo que no contribuyen, ¡al revés! La gente que nos quiere y que nos cuida contribuye muchísimo a nuestra felicidad, pero no nos la da. La felicidad hay que buscarla dentro de uno mismo.
El otorgar a otra persona el poder de darnos o quitarnos felicidad es apego, y si el apego no es seguro, se crea una relación que no es sana.
¿Cuántas veces te has sentido mal y has establecido una opinión sobre tí basada en lo que los demás pensaban o en lo que tú creías que pensaban?
A mi me ha pasado infinitas veces, es algo en lo que sigo trabajando duro día a día y, como con todo, tengo días en los que soy más fuerte y días en los que no lo soy tanto, pero lo que tengo claro es que al igual que mi felicidad no depende de los demás, tampoco ellos pueden quitármela.
Creo que la base de la felicidad es tener la autoestima lo suficientemente alta como para que no te importe lo que los demás piensen, siempre respetando al otro y aceptando abiertamente opiniones distintas a la tuya (porque no siempre vas a tener razón), así que... ¡toca seguir trabajando en ello!
¿Estás de acuerdo?
¿Cuál crees que es el secreto de la felicidad?
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