Qué difícil es a veces esto de quererse a uno mismo, ¿no?
Te propongo un ejercicio: imagínate que un amigo o amiga tuya aparece en una quedada con un grano en la frente, avergonzad@ y agobiad@ por ello. ¿Qué le dirías? Seguramente que no se preocupe, que es un grano, que desaparecerá y que no está tan horrible como se piensa, ¿no?
¿Y si fueramos nosotros los del grano? ¿Qué nos diríamos? No seríamos tan indulgentes, ¿verdad?
El amor propio es un concepto muy amplio, y es algo que nos suele costar mucho adquirir, pero es tan importante... tan importante que a veces de él depende todo en la vida, porque cuando nos amamos a nosotros mismos, nos sentimos mejor, más capaces, más motivados... y al final, eso es lo que nos hace felices.
Por eso es tan importante que nos tratemos a nosotros mismos como solemos tratar a los demas, ¡no es tan difícil!
Te propongo que cada día, en el momento que tú elijas, te pongas delante del espejo y te digas a ti mism@ algo bueno de ti, ya sea de tu físico, de tu forma de ser, de tus virtudes... ¡lo que quieras! Pero al menos una cosa al día, ¿Lo probarás?
También te pongo aquí una receta de amor propio:
- 8 horas de sueño.
- 3 minutos de gratitud (¡súper importante! Agradece cada día al menos tres cosas)
- 30 minutos de ejercicio.
- 15 minutos de risa.
- 1 buena acción diaria.
- 1 día de desconexión semanal.
¡Ponlo en práctica y dime cómo te has sentido!
¿Cual es tu mayor virtud?
Dilo bien alto

0 comentarios:
Publicar un comentario